martes, 17 de mayo de 2011

Destello, estallido, humo y sangre..

Renfield coje el maletín con el PSG-1, el silenciador y una mira de 15 aumentos. Mete estos dos últimos en la mochila que se carga a la espalda, donde también lleva su pipa árabe con tabaco de melocotón. Con paso firme y decidido, y pensando en la noche que le espera, va subiendo peldaño a peldaño la escalera de 168 escalones. Al llegar arriba, cansado por la pendiente, prepara su pipa para fumar. Llena la base con agua, y la ajusta para que no pierda aire. Le coloca la manguera en el cuerpo del aparato, y rebusca entre la mochila para coger el cazo de cerámica. Saca la mira, y la deja con cuidado en el suelo produciendo un "Click". El sonido apenas es audible, y aun sabiendo que es improbable que se haya dañado, la mira con respeto. Coloca el cazo de cerámica en la pipa, y le echa tabaco marca Nackla edición Mizo. Le pone 6 capas de papel de aluminio, y lo perfora dibujando una estrella con una aguja de enfermería. Coge un carbón vegetal de marca "Roura", su preferido. Lo prende con un zippo. Y aspira la primera calada. El humo caliente llega a los pulmones, haciendo que el tirador sonría. Siempre le ocurre, disfruta de la primera aspiración.
Aparta un poco la pipa, y coge el maletín. Agarra el cuerpo del fusil, y le coloca el cañón. Suena un segundo "Click" que le recuerda a la mira telescópica. La recoge del suelo, y la une al cuerpo del arma, ajustándola hasta que vea la reja de color verde. Tras esta, una multitud de podridos enfurecida apenas es capaz de sentir el calor del cuerpo del tirador. Renfield encaja la culata, y un tercer "Click" suena en el arma. El cuarto "Click" viene dado cuando el cargador de 5 disparos prestado al arma, con munición 7,62 x 51 OTAN. 

Renfield de apoya en la cornisa de la azotea, dejando el fusil también apoyado a su izquierda. De espaldas a los zombies, agarra la manguera de la pipa y vuelve a fumar, durante unos minutos. No tose, no lo necesita. Su aparato respiratorio está acostumbrado a la presencia del humo denso sabor melocotón. "Me costará conseguir tabaco de este en un lugar así..." piensa con tristeza. 

Se quita la mochila, y la deja a unos palmos de la cornisa. El quinto "Click" proviene de acoplar el trípode, aunque técnicamente no lo es, ya que solo dispone de dos "patas". Coge el fusil, y apoya la culata en su hombro derecho. Quita la pestaña de seguridad, lo cual hace que sus sienes palpiten como si tuviese ahí mismo el corazón. Apunta. Empieza a respirar mas lentamente, dejando que el puntero oscile poco a poco. Siente el corazón, como una bomba. "BUM, BUM, BUM". Piensa en todas las películas que ha visto, y en como el instructor de tiro siempre dice que hay que disparar entre latido y latido. No cree todo lo que sale en ellas, pero esto parece creíble. 

"Bum, bum, bum, bum, ¡¡¡PAM!!!, bum, bum..."

El sonido del arma restalló en su cabeza, como una maza pesada de enano, de esas que salen en todos los libros de fantasía. El podrido al que apuntaba, la cabeza sencillamente pasó a ser un conjunto de pulpa rojiza y acuosa. Perplejo, se pregunta que ha pasado, solo un instante de tiempo antes de recordar que no puso el silenciador. 

- ¡¡Joder, mierda!! ¡¿Estás tonto o que, jodido loco?!

Rápido, se agacha a coger de la mochila el supressor, y lo coloca en el cañón aun humeante. "Joder..." pensó... "Veo que me tomarán por un novato..."

Y allí mismo, sin siquiera darse cuenta, sus labios formaron una extraña mueca alegre mientras se colocaba la manguera de la pipa, otra vez en la boca...

lunes, 16 de mayo de 2011

El cruel y enfermizo abrazo de "La Parca Morta"

Hoy he visto un cadáver. No es como en las películas, estamos acostumbrados a ver películas donde un cadáver yace tumbado sobre el suelo o una mesa de autopsias, y hablan sin prestarle apenas atención. En la vida real no es así. En la vida real, tus ojos se clavan en el cuerpo. Te fijas en la posición del cuerpo, en la expresión de sus manos y su cara, la ropa, el charco de sangre, las heridas, el vehículo. Y algo caliente empieza a arder dentro de ti. Una sensación. Una sensación dura, pesada... La sientes al respirar, la sientes con cada latido. Una bola de acero incandescente con pinchos se aloja en el pecho, que se clavan con cada bocanada, con cada bombeo. Unas cuerdas que aunque no quieras, te obligan a mirar al cadáver. Tu apartas la vista, pero ya no es igual que antes. La ves, ahí. La tienes grabada en la memoria, esa escena, la sangre, la posición, la ropa rota, los trozos de carne en el asfalto quemados por la fricción, la gente con la cara descompuesta, tapándose la boca, como si un grito ahogado se les fuera a robar el alma. Y ahí estaba yo, de pie, frente al cuerpo de una mujer de mediana edad, tumbada en el suelo como si alguna de sus articulaciones fueran de chicle, mirando al publico allí congregado pero sin ver nada.


 "No somos nada" decía uno... "Pobrecilla...." de escuchaba por el fondo. Pero allí, nadie apartaba la visión. Nadie le otorgaba una mas que necesaria privacidad. Un funcionario la tapó con una sabana de plástico, de un color metalizado amarillo. No era la típica bolsa de cadáveres que uno se espera, como en  las películas, con su cremallera, su detective maduro aunque bien conservado, y el poli pardillo que siempre le pregunta... "¿Cree que es un suicidio, Detective?" Y la respuesta siempre es la misma... "Ojala lo fuera, Fergusón... Ojala" 


Aquí no hay héroes. Aquí solo hay victimas. Bienvenido a la realidad, niño, bienvenido. La Muerte está ahí, siempre está. Familiares, amigos, conocidos, gente con la que nos cruzamos por la calle. Diariamente muere miles de personas. Y por cada 100 años, nadie queda de los que vivían. Ella es así, no es selectiva, no se la puede comprar, ni alquilar, ni siquiera convencer. 


Y hasta aquí, la historia de hoy. Sed buenos, y abrazad la vida, ya que La Muerte está mas cerca de lo que uno, en su sano y protector juicio, espera.

viernes, 13 de mayo de 2011

Tras la verja de la seguridad..





- ¡¡Joder!! ¡¡¡Cerrar, cerrar!!! ¡¡Cerrar la puta puerta, que vienen!!
La puerta blindada de doble hoja se cierra, dejando a los putrefactos animales tras 170kg de acero. Las criaturas, furiosas, explotan de deseo profiriendo un sonido desagradable, aun con casi un palmo de blindaje. 
- Arf, arf, arf...[Recuperando el aliento...] Creo que tengo que presentarme, me llamo Renfield. Pueden llamarme asi, o Ren, Re, o como querais. Como vereis, soy el nuevo superviviente (creo) de este refugio. Pero, permitidme respirar un poco, que me arden los gemelos...
[Se quita una enorme mochilla estilo militar marca Coronel Tapioca que llevaba a la espalda, y se sienta apoyado sobre una de las paredes de la estancia]
- ¡Dios! Hacía mas de 6 meses que no corría asi. ¡Joder! Acabo de salir de mi refugio, harán apenas dos horas. Al principio nos fue bien, tanto a mis compañeros como a mi. Pero, poco a poco la comida fue escaseando. Estabamos dentro de una tienda de zapatos, sé que no es mucho, pero las verjas eran fuertes. Algunos de mis compañeros, decían de ir hacia el supermercado asiatico que teniamos enfrente, a 100 metros. Yo me opuse, pero no sue suficiente contra 6 personas. Abrieron la verja, e hicieron el intento de salir. Pero la verja hizo demasiado ruido, y no dieron ni 100 pasos que fueron todos devorados ante mis ojos. Yo, sin poder casi pensar, instintivamente cogí la HK que encontramos en un furgón varios meses atrás, la mochila, y salí corriendo como si no tuviera piernas, sino ruedas. 
Creo que eso les alertó lo suficiente, como para lanzarse a por mi. ¡Dios! no he corrido tanto en toda mi vida. ¿Sabeis esa sensación de ir a desmayarte? Os lo tomareis a cachondeo, pero, si te pellizcas los pezones se te quita. Yo lo descubrí, corriendo como un alma. Corrí tanto, que mi corazón bombeaba ácido sufúrico, y mis pulmones, emanaban gas mostaza. Era como respirar dentro de una sauna. Cuando veía que mis fuerzas flaquaban, pillizco. Y asi, soporté esas dos horas corriendo. Hasta que vi vuestro cartel, y viendo que aun me quedaban al menos otro km y que estaban demasiado cerca (De tantos gritos, los corredores se hacían paso a traves de los lentos) empezé a serpentear entre los coches abandonados. Eso me dió al menos un par de minutos de librertad. Y eso es todo, toqué la puerta, me abristeis, y el resto de la historia ya la conoceis. Voy armado, pero no soy peligroso. Y creo que vosotros tampoco, asi que, podeis bajar las armas. No quiero ser irrespetuoso, pero. ¿Que hay de comer? ¡Me muero de hambre!

jueves, 12 de mayo de 2011

Rengram, El Lobo Gris

Hijo de un leñador, el pequeño Rengram siempre se ha decidido a la tala de arboles. Total, era algo habitual, le venía de familia. Todo era perfecto. Su madre aun vivía, y su padre aun lo quería, su hermana aun estaba sana, y el pequeño Reny, como solía llamar su madre, apenas alcanzaba a los 12 años. Pero como en el azar, el destino es incierto. Ni siquiera se dio cuenta del tiempo que pasó, pero su madre enfermó hasta morir, y su padre, bondadoso y amable en el pasado, comenzó a beber, y a no ser tan inofensivo. Las palizas eran constantes, casi inhumanas. Hasta que llegó el momento, y no lo soportó. 

Dejó de ser Reny para ser Rengram el parricida. Lo abandonó en el bosque, el Dios de la naturaleza se ocuparía de él. Tambien pasó de ser el joven Reny a ser el hombre de la casa. Talaba árboles todos los dias, para cambiar por medicinas para su hermana. Tras el último suspiro de ella, ya no le mquedaba nada por lo que luchar. Cogió todo lo que creyó necesitar, y dejó la herrumbrosa casa donde vivía para adentrarse en el bosque. Tras unos dias empezó a faltarle el alimento. Nadie le había enseñado a cazar, y las fuerzas iban cada vez a menos. Se derrumbó, gritó y gritó hasta que no le quedaban fuerzas, maldijo al bosque y al maldito padre, por no haber podido mantener la cabeza fria. Y entonces, cayó. No quedaban mas fuerzas en su tarro vital. 

Despertó, asustado en una lúgubre cueva. Alguien había escuchado sus suplicas. Era un hombre robusto, ENORME, con una cicatriz que le perjudicaba en el ojo, y este lo miraba con gesto desaprobatorio, pero no agresivo. Su nombre era Grinstahs, una una persona vivaz, amable y de conocimientos asosmbrosos. Le gustaba la naturaleza, decía. Había vivido toda la vida en el bosque, pero era algo que ya se le notaba. Le enseñó a pescar, a cazar y a diferenciar plantas comestibles y venenosas. Todo era magico, genial. Hasta que, en la noche en la que Rengram cumpió 16 años, Grinstash desperó al maduro muchacho y le enseñó una espada. Le dijo que era especial, que perteneció a un general ya muy anciano, que le permitió ahondar en la profundidad del ser humano. 

Tiempo pasó, y el joven ya no era tan joven. La barba abundaba sobre el pecho, y el pelo retorcido en la espalda parecía mas una raiz que pelo. El maestro empezó a no tener nada que enseñarle. En un momento dado, el maestro se despidió, y marchó, dejandolo otra vez solo. Rengram se sintió triste, pero sabía que no era para siempre. 
Pasaron los años, y Rengram se asentó en una pequeña casucha en un bosque que llegó a aprenderse a lo largo de los dias. Sabía el movimiento de las aves migratorias, conocía todas y cada una de las especies, asi como protegerse de las peligrosas. Un día cualquiera, saltó una de las alarmas que estratégicamente (aunque no muy logradas) tenia colocadas en el perimetro, asi que cogió su cayado, y fue a ver el atacante. Apareció un hombre robusto, envuelto en sangre. Alguien que él conocía muy bien. Pidió ayuda, y Rengram pensó "¿Que mas necesita? Es mi maestro, le debo todo...." Asi que, le preparó la cama, y el maestro se tumbó. Trató de aguantar toda la noche, pero no pudo hacerlo. El anciano maestro murió. A la mañana siguiente, Rengram enterró a su antiguo maestro, en la parte trasera del huerto. Cogió su espada, pesada, tanto que ni se lo esperaba. Un halo de tristeza lo recorrió. Era la espada de su maestro, la de su amigo. 

Esa misma noche, Rengram tuvo un sueño, en el que revivía a su maestro. No lo vio posible, incluso en el sueño, pero aun asi, tenia que intentarlo. Hizo los preparativos. Tras toda la mañana, tenia todo el conjuro preparado. Se pasó horas rezando, hablando con Obad-aid, pidiendole ayuda. 
No lo consiguió, aunque la tumba estaba removida, no abierta, pero si con la tierra blanda. Fatigado, se fue a la cama. No pudo dormir, un can estaba aullando cerca de la cabaña. Salio, a ver si es que estaba herido o buscaba refugio. Reconoció prefectamente ese ojo dañado, esa fraternal mirada. Había cambiado de forma, ahora su maestro no era tan ENORME, pero si mas peludo. Compartieron el desayuno, y desde ese momento, pasó a ser uña y carne, hasta el final de sus vidas. 

El ya castigado Rengram y su fiel e inseparable compañero partieron hacia una ciudad cercana, y empezó a trabajar en la milicia, donde poco a poco fue ascendiendo de rango hasta hacerse magnatario de ella. 

Y asi es como las grandes cronicas de Rengram se cuentan desde hace muchos años, tanto que nisiquiera se sabe si el caballero sigue viviendo o no...

martes, 10 de mayo de 2011

Cuando el horror se convierte en pagina web...

Llevo poco mas de 700 segundos en la página... Y me daría igual hacer cualquier otra cosa, salvo escuchar esto. ¡¡¡NO PUEDO MASSSSS!!!

Por favor, señor, llévame contigo, para poder dejar de escuchar esto, y escuchar pecadores gritando, mientras su cuerpo de abre como una morcilla en la parrilla. Lo que sea, menos esto...

http://nyan.cat/

Entrad, y juzgar si estoy o no loco...

miércoles, 4 de mayo de 2011

Pulseras del viña...

Pues eso, ya que no había pulseras decentes, me inventé una. Rudimentaria, pero incluso mejor. xDD


martes, 3 de mayo de 2011

Despues de casi un mes...

Ya estoy de vuelta. No tengo escusa para la tardanza, salvo la apatía, esa pendenciera que carcome por dentro. Pero bueno, lo que hay es lo que hay, y por supuesto, no hay mas.

Sigo buscando trabajo desde mi última entrada, me he ido la pueblo de mi novia a pasar la semana santa, y volviendo el lunes, me he ido el jueves al Viñarock. Así que, no he tenido tiempo de actualizar, hablar, comentar, contar, etc, etc, etc...

Por cierto, hablando del Viñarock. Creo que hemos batido un record mundial. ¡¡42 cachimbas en 4 días!! Estoy orgulloso de vosotros, pulmones negros! xD

Y bueno, creo que nada mas que contar, estoy cansadísimo, tengo tantos nudos en la espalda que parece un jersey arrugado (¬_¬), nos ha llovido hasta que el suelo parecía un charco de "chocolata" xD pero no me arrepiento ni de lejos de la experiencia.

¡¡Me encantan las acampadas!! :-D

PD: Como las pulseras del viña eran una "ful" de Estambul, tuve que crear pulseras yo. xD Luego subiré las fotos.

Ala, a cuidarse todos (Y a ver si alguien me anima a escribir mas, que esto está muy parado. xD)